La increíble transformación de un ángel
El sueño de mi vida se había hecho realidad. Por fín tenía la casa de mis sueños. Apenas podía contener la alegría. Mi casa está en un campo rodeada de naturaleza y árboles. Un camino de entrada con una línea de árboles a cada lado. El primer día que la ví dije que esa casa iba a ser mía. Todo el proceso desde la originación, el cierre hasta el día que me dieron las llaves fue como un sueño.
Todo iba a ser perfecto. La mudanza llegó al otro día de haber recibido las llaves. La primera noche dormí en un sleeping bag. Quería disfrutar la casa desde ya. Por suerte todo cayó en mi periodo de vacaciones así que tendría tiempo para desempacar.
Durante cuatro días desempaqué, acomodé, volví a acomodar y finalmente todo se veía en orden. El patio era mi parte favorita. Era un claro rodeado del monte que quedaba a espaldas de la casa. Tendría suficiente espacio para las sillas el día del “home shower”. Luego vendría el “baby shower” cuando me casara. Todo a su tiempo. Por ahora esta casa era mi castillo.
Al lado de la casa había una vereda. Era un camino hecho tras mucho caminar. Decidí explorar. Los árboles alrededor guardaban el sinuoso camino que daba una vuelta aquí y otra allá. Al final llegué a un espacio abierto. Un claro en medio del bosquecillo de unos cuatro metros de diámetro con grama corta. Lo primero que se me ocurrió fue comprar un banco. Ahí colocaría un banco que serviría para sentarme a meditar o leer y a despegarme del mundo. Sería mi lugar especial.
Había mariposas en ésta época y revoloteaban por las flores que se veían entre el claro y el bosque. Los pájaros cantando hacían de todo una escena idílica.
Todavía recuerdo cuando compré el banco. Era de hierro pintado de verde. Necesité la ayuda de varios amigos para llevarlo al lugar. Quedó perfecto. Mi lugar especial estaba completo. A veces iba allí por las mañanas con un periódico y una taza de café en mis días libres. Otras veces iba con un libro en las tardes.
Un día de camino al claro con mi periódico debajo del brazo noté que había alguien allí. El corazón me dió una vuelta. ¿Quién se metería a mi terreno? ¿Sería alguien con malas intenciones? La persona estaba vestida de blanco, al menos eso parecía de lejos. No me atreví a hacer ruido. Comencé a caminar sigilosamente para que no me escuchara. Pensaba regresar a casa y llamar a la policía. Pero de repente noté que esa persona estaba cargando algo en la espalda. ¿Un bulto? De seguro es un ladrón que iba a robarme. Pero noté que lo que tenía en la espalda se movía de manera rara.
Tenía el corazón acelerado a más no poder pero traté de mantener la calma. Me acerqué poco a poco tratando de ver mejor y de no hacer ruido. Entonces dijo—”Acércate, no tengas miedo”
¿Me estaba hablando a mí? Ni siquiera me estaba mirando. De hecho ni se volteó a mirar cuando me dijo que me acercara. No sabía que hacer. Quería correr a la casa pero a la vez tenía curiosidad de ver qué era eso en la espalda que se movía. Mi corazón estaba latiendo a cien millas por hora.
El hombre estaba mirando hacia el suelo mientras yo me acercaba. Cuando estuve más cerca ví que el bulto en la espalda eran ALAS. La vista se me nubló. Empecé a sentirme mareado. De momento todo se puso negro…
Cuando abrí los ojos me levanté. Habrían pasado unos minutos. Cuando miré al claro allí estaba un muchacho vestido de blanco sentado en posición india en el medio del claro. Tenía el pelo rubio y tenía alas.
—Hola. —Dijo mirándome.
No sabía que decir. Estaba mareado y el corazón me volvió a latir a 100 millas por hora. Me empecé a sentir mareado de nuevo. No me salía la voz. Quería corrar pero las piernas las sentía como si estuvieran llenas de agua bien pesadas.
—¿Quién…quién es usted?
Mi voz salío como un susurro porque estaba demasiado de asustado.
—Soy אמראפל. Vine a transformarme.
Yo todavía no sabía que decir. Escuché el nombre pero no lo entendí. Y lo único que se me ocurrió decir fue— “¿Eres humano?”.
—No. Tú eres humano. Yo soy אמראפל y vengo del cielo.—Dijo señalando hacia arriba. Una de sus alas se movió de repente.
Miré hacía arriba. El cielo se veía azul salvo por unas pocas nubes.
—¿Qué haces en mi terreno?
El shock de estar hablando con un ser alado que decía ser un ángel me tenía todavía confuso.
—Vine a transformarme. Voy a cambiar.
—No entiendo. ¿Eres un ángel?
—Ustedes los humanos nos conocen así. Si, soy un ángel y soy אמראפל.
Yo había leído sobre ángeles en la Biblia y ciertamente no creía mucho. Ya yo había abandonado la religión hacía un tiempo. Seguía creyendo en Dios pero no quería ir a una iglesia.
—¿Qué haces aquí?
—Vine a transformarme.
—¿Transformarte?
—Si. Contrario a ustedes los humanos, los ángeles no tenemos manera de morir solo podemos transformarnos. Tampoco podemos escoger.
Ahora si estaba confundido. Un ángel en mi terreno y se iba a “transformar”.
—¿Qué quieres decir con que te vas a transformar?
אמראפל mi miró, extendió sus alas y estiró sus brazos.
—Cuando הגבוה ביותר hizo la creación aparecimos nosotros espontáneamente. Nuestro deber era adorar a הגבוה ביותר. Cuando aparecí en existencia lo primero que hice fue cantar alabanzas a הגבוה ביות. No se me enseñó ni aprendí solo comencé a adorar. Todo era adoración todo el tiempo. No hubo problemas hasta que לוציפר quiso ser igual a הגבוה ביותר. Él era el de más alto rango entre nosotros. Algunos ángeles pensaron como לוציפר. En ese momento הגבוה ביותר los arrojó del ciejo.
La historia me era conocida. De niño y adolescente se me enseñó la historia sobre la creación, los ángeles y de cómo se lanzó a לוציפר del cielo.
—Hasta ese momento ningún ángel había pensado por sí mismo. Los ángeles solo actuamos y hacemos aquello para lo que fuimos creados. No podemos escoger.
Cuando se me pasó el miedo seguí haciendo preguntas. Todavía no sabía si estaba soñando. Me contó otros detalles y yo escuchaba ensimismado. No sentí el tiempo pasar. En ese momento noté que la noche estaba comenzando a caer. Me levanté y me sacudí un poco de la grama que se me pegó a los pantalones.
—¿Quieres ir a mi casa?— Le pregunté.
—No. Aquí estoy bien. Mi transformación ya comenzó y continuará hasta que termine. Estaré aquí unos días.
Me fui para la casa. De camino miraba hacia atrás para ver si el ángel seguía allí. Todavía no estaba seguro si estaba soñando o era alguna visión.
Llegué a mi casa. Recogí un poco y organicé. Todo el tiempo seguía pensando en lo que había visto y pensando si era un sueño. Me preparé para dormir como de costumbre. Apenas pude dormir aquella noche.
Al otro día tomé mi desayuno y salí corriendo para el claro. Allí estaba el ángel todavía sentado en el mismo lugar. Se veía un poco más pequeño que el día antes.
—Hola.
—Hola.—Dije sin saber qué más decir mirando sus alas.
Noté que el brillo que tenía el día antes era menos intenso. También noté que las alas casi no se movían.
—¿Estás bien?
—Estoy transformándome.
—¿Eso es bueno o es malo?
—El bien y el mal son las maneras en la que los humanos ven todo. Nosotros los angeles no vemos las cosas así. Solo servimos pero no juzgamos. Eso solo lo pueden hacer ustedes los humanos. Todo lo que hacemos es lo que הגבוה ביותר mandó. No tenemos opción. Ustedes los humanos pueden escoger.
—Ayer dijiste que te ibas a transformar. ¿Porqué te vas a transformar? ¿En qué te vas a transformar? ¿Por qué dejaste el cielo?
El ángel me miró. Tenía una mirada que era una mezcla de inocencia con sabiduría. No sé de que otra manera describirla.
—Cuando לוציפר se rebeló contra הגבוה ביותר sucedió algo en el resto de los ángeles. Se nos despertó la capacidad de desear pero no de escoger. Nosotros solo podemos hacer aquello para lo que fuimos creados y por más que deseemos no podemos hacer otra cosa. Ustedes los humanos si pueden escoger. Nosotros podemos desear pero no podemos hacer nada excepto aquello para lo que fuimos creados. En mi caso era adorar. Yo adoraba mientras deseaba transformarme. Con el tiempo eso crea en nosotros algo que ustedes conocen como angustia.
—¿Y otros ángeles deseaban lo mismo que tú?
—No se que deseaban los otros pero todos los ángeles que desearon lo mismo que לוציפר fueron arrojados con él del cielo. Solo הגבוה ביותר sabe que deseaba cada uno. Esos ángeles recibieron lo que su deseo ameritaba. El resto no sentimos ese mismo deseo pero sentíamos otros.
—¿Que cosas deseaban?
—Yo deseaba ser como los humanos. Tener la capacidad de poder escoger y actuar como deseemos. Los ángeles solo podemos hacer aquello para lo que fuimos creados y nada más. No sentimos nada, solo hacemos pero podemos desear ser algo diferente.
El resto del día lo pasé escuchando la explicación de porqué los ángeles tienen alas. El Ángel אמראפל me explicó también porque yo podía verlo pero no a los demás ángeles.
Ese día aprendí que a algunos ángeles se les asignan personas, pueblos y países. Aprendí que hay una jerarquía entre los ángeles. Algunos ángeles están encargados de evitar que los ángeles que siguieron a לוציפר hagan daño a algunas personas. Hay ángeles están cantando y alabando continuamente desde el principio del tiempo por la eternidad en un coro eterno ese era el grupo al cual אמראפל pertenecía. Hay ángeles que llevan mensajes a algunos seres humanos en ocasiones especiales.
Finalmente me explicó por qué él iba a transformarse.
—Algunos de nosotros tenemos un deseo tan intenso que ser otra cosa que הגבוה ביותר nos lo concede.
—¿Y qué sucede entonces?
—Nos materializamos en la tierra y nos transformamos.
—¿En que te transformarás?
—No se.
La tarde comenzó a caer y me fui para mi casa. Al otro día regresé y noté que el ángel estaba un poco más pequeño. Ese día le hice muchas preguntas de las cosas que leí en la Biblia. Yo no sabía que a veces se dan peleas entre ángeles y ángeles caídos y que en ocasiones cuando son muchos ángeles viajando en grupo los humanos los sentimos como ráfagas de viento. Que a veces puede ser también una pelea entre ángeles y ángeles caídos. Algunas peleas se manifiestan en forma de tornados y vientos fuertes.
Cada día que pasaba el ángel estaba más pequeño. Era raro hablar con él viendo el tamaño disminuir. La voz también le estaba cambiando. Era cada vez más fina. Un día estaba casi a mitad de mi altura. Tenia la altura de un niño de 8 años.
Dos días después cuando tenía el tamaño de un niño de 4 años le pregunté sobre el tiempo en el que crucificaron a Jesús.
—¿Qué sintieron ese día?
—Sabíamos que iba a pasar. No sentimos nada. Mi trabajo era adorarlo y eso hice mientras Él agonizaba en la cruz.
—¿Y qué sucederá en el fin del tiempo?
— Solo הגבוה ביותר sabe.
Continúe yendo y viniendo. Aprendí sobre los ángeles asignados, lo que nosotros le decimos ángeles guardianes. No todos tienen uno.
—¿Yo tengo uno?
—Solo cuando tenías cinco años. Después fue asignado a otro niño.
Ya habían pasado varios días y la última vez que lo vi estaba del tamaño de un dedo pulgar. Apenas podía escucharlo. Sus alas se cayeron y se disolvieron.
Desarrollé una relación casi de amistad con אמראפל y verlo encogerse era como ver a un amigo con una enfermedad terminal desgastarse poco a poco. El no manifestaba dolor. De hecho ni siquiera manifestaba emociones. Hablaba en un tono estático.
Un día llegué y allí en donde se sentaba para hablar conmigo había una flor y colgando de ella un capullo de mariposa. Me quedé mirando la flor todo el día. Seguí viniendo durante los próximos 8 días. Finalmente observé cuando se comenzó a abrir el capullo. Lentamente fue abriendo. Primero salió una cabeza con antenas. Luego comenzó a salir poco a poco del capullo. Sacó una pata, luego otra. Se empujó y sacó un poco más de su cuerpo. En momentos se detenía como para descansar. No lo ayudé. Aprendí de niño que por más trabajo que se vea a una mariposa pasar no se debe tocarla ni ayudarla. Salió el cuerpo completo y las alas estaban arrugadas. Comenzó a moverlas como quién hace ejercicios de calistenia. Las alas comenzaron a verse más lisas firmes. Comenzó a batirlas como preparándose para el vuelo inicial pero no volaba aún.
Finalmente batió las alas más rápidamente y alzó vuelo. Revoloteó un poco alrededor mío.
Sentí un nudo en la garganta. Había visto a אמראפל llegar, achicarse, transformarse y ahora lo veía volando a mi alrededor. De repente llegaron otras mariposas más y eran del mismo color que אמראפל. Se unieron en el vuelo circular a mi alrededor. Ya no sabía cual era אמראפל. Comencé a llorar y no se porqué pero eran lágrimas de alegría, una alegría de ver a alguien por fin tener un deseo concedido.
Las mariposas finalmente fijaron rumbo y volaron todas en dirección al monte. No se cual era אמראפל pero con la voz entrecortada dije—”Adios amigo אמראפל”.
Me senté en el banquillo y se me secaron las lágrimas en la cara. Caminé a casa y desde ese día cada vez que veo las mariposas en el claro pienso si alguna de ellas es mi amigo אמראפל.

Comments
Post a Comment